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Todas las razones por las que supe que tenía que irme


Estas son todas razones por las que supe que tenía que irme…. ¿Alguna vez les ha pasado? Yo creo que sí, que conocieron a ese príncipe que les prometieron, ese caballero que iría la fin del mundo con ustedes, esa persona que crees que es tu hilo rojo del destino y a quien no quieres soltar; les ha pasado ¿verdad?

 

Pues a mí también. Nos hicimos promesas de madrugada, soñamos una vida juntos por la mañana, pasábamos todos nuestros ratos libres planeando lo maravilloso de vivir uno junto al otro.

 

Pero no todo es color de rosa, de hecho se fue caldeando hasta quedarse sin color. Los sueños, las esperanzas y todo lo que vimos alguna vez como una meta se esfumó, y solo dejó a nuestro alrededor indiferencias y peleas.

 

Me decías que no podías concentrarte, que tu fracaso en el trabajo era mi culpa; siempre te alenté a que lo dejaras y te dedicaras a lo que te gustaba, pero preferiste no escuchar, preferiste seguir regando la planta de la indiferencia y el odio hacia mí.

 

Mis películas de los 50’s comenzaron a cabrearte, “¿No te hartas todo el tiempo de la misma basura? ¿De historias inventadas que no se cumplen nunca?”. Y aunque me quedaba callada mi mente quería gritarte que para mí, en algún momento, se habían hecho realidad contigo…

 

Cuando nos mirábamos no había amor, solo emociones negativas, creo que ya ni recordábamos lo que se sentía estar enamorados.

 

El día que dejé de verte como al futuro padre de mis hijos fue el día que decidí dejarte, nuestra relación ya no iba a ninguna parte. Tú lo sabías, yo también, ¿para qué engañarnos mucho más?

 

Construiste muros tan altos y fuertes como el desprecio que me tenías, todo ese amor que brindaste cada día se convertía en cenizas; pero mi terquedad no me dejaba dar el paso que ambos sabíamos que necesitábamos. Porque cuando yo dije “para siempre” lo dije en serio.

 

Y aquí estoy, pensando en todos los motivos que alimentan esta decisión, sintiéndome en paz con mi alma porque intenté todo lo que pude hasta el final.

 

Recogí los pedazos de mi corazón, tomé lo que podía y salí por aquella, con ninguna esperanza de que me detuvieras, y tuve razón.

 

Ahora voy en busca de nuevas emociones, positivas, no como las que me diste tú al final de nuestra vida juntos. Estas son todas mis razones…